lunes, 16 de enero de 2012

El Wayne Shorter del principio, por Carlos Sampayo

Segundo comentario de Carlos Sampayo, que presentamos como adelanto del próximo libro que le publicará Edhasa. En la ocasión, el objeto del a reseña son tres discos solistas de Wayne Shorter

 Introducing Wayne Shorter,  Second GenesisWayning Moments  

Grabados en 1959. 1960 y 1962. Vee Jay. Reedición 1997

Aunque los especialistas en Wayne Shorter opinan que la verdadera personalidad del artista emergió en el seno del quinteto de Miles Davis, emergencia que en realidad fue el despegue del estilo marcado por Coltrane para todos los saxofonistas negros de la época, estas grabaciones Vee Jay, afortunadamente reeditadas con un excelente resultado sonoro (por primera vez en estéreo), ponen en entredicho esa opinión.
Podrá aducirse que entonces la distancia de Shorter con Coltrane era todavía “comprometida” y quizá haya razón, pero desde Introducing Wayne Shorter (primer disco a su nombre y segunda grabación como profesional), el saxofonista pone sobre el tapete sus extraordinarias dotes de compositor, allí donde sería tan original y significativo como al gobierno del saxo tenor (más tarde también soprano). La lógica formal de estas composiciones originales –de las que hay quince en los tres CD– muestra un estilo definido, una forma de resolver el argumento musical propio de Shorter y no de otros. En este sentido, y en esos años, ya ingresaría en el restringido grupo de compositores estrictamente jazzísticos con señas de identidad propias (al margen de Ellington, Monk y Mingus), inmediatamente precedido por Tadd Dameron, Benny Golson y Gigi Gryce. Pero además, como saxofonista, era muy bueno, y esto, en esa época, se traduce como que podía adjudicársele una equidistancia neutral entre Coltrane y Sonny Rollins. Introducing –con Lee Morgan (tr), Wayne Shorter (st), Wynton Kelly (p), Paul Chambers (b) Jimmy Cobb (bat)– es casi una prolongación de Kelly Great de Wynton Kelly en quinteto,  y ya contiene dos de las más bellas composiciones de Shorter, "Harry’s Last Stand"  (con una temática que recuperaría en el célebre disco Blue Note Speak No Evil) y Black Diamond, con las tonalidades ambiguas que aplicó en sus composiciones “para” Miles Davis.

Second Genesis es la primera aproximación discográfica de Shorter al cuarteto – con Cedar Walton (p), Bob Cranshaw (b), Art Blakey (bat)– y aquí sí quizá aún se deja notar la famosa influencia, a la vez que el talento compositivo parece haberse enriquecido. Un muy inspirado Art Blakey contribuye al ennoblecimiento del resultado; debe recordarse que en esa fecha Shorter ya era director musical de los Jazz Messengers.

En Wayning Moments –con Freddie Hubbard (tr), Eddie Higgins (p), Jimmie Merritt (b), Marshall Thompson (bat)– ya están definidas todas las cualidades que aparecerán en los sucesivos ocho discos de Shorter en Blue Note como líder (un verdadero corpus de importancia vital para la comprensión del jazz moderno). En esta sesión imponente quizás habría sido más adecuada una sección rítmica “milesiana”, pero en ese caso nos encontraríamos con un pre-quinteto de Davis y esta música es, todavía, otra. El resultado es óptimo y Freddie Hubbard –como lo hará en Speak No Evil– aporta una contribución de peso. Las composiciones “Devil’s Island” y “Dead End”, presentadas aquí, se convirtieron en secretos standards de saxofonistas shorterianos. Wayning Moments es una obra casi milagrosa por el poder de convicción que muestra y un adecuado elemento de juicio para un análisis global de la obra de este gran músico.

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