martes, 13 de marzo de 2012

Con Jarrett, Buenos Aires la sacó barata

El enviado de Minton’s a París tuvo la suerte de encontrarse con un viejo amigo inglés a quien hacía años no veía. Después de intercambiar noticias sobre las respectivas vidas, de preguntar por esposas e hijos y todo lo que se suele decir en estos casos, surgió uno de los temas en común --el jazz--, y ambos se pusieron al día de sus respectivos descubrimientos así como de los conciertos más importantes a los que habían asistido. Así, en algún momento de la charla se mencionó a Keith Jarrett y fue ahí donde el enviado le comentó a  Andrew --tal el nombre de su amigo-- sobre el concierto de piano solo en el Colón. El inglés escuchó con atención y asombro. Le parecía increíble que la gente, ante la enorme descortesía del pianista no se hubiese ido del teatro, como dijo, habría ocurrido en Gran Bretaña. Pero evidentemente el relato del argentino debió haber calado más hondo de lo que él mismo se hubiera imaginado, porque unos días más tarde, ya desde Londres, Andrew le envío a su amigo la siguiente crónica, cuya fuente se detalla al final del artículo. Se presenta aquí traducida por J.F.

Toses y fotos 

 Jarrett es notoriamente intolerante con el ruido que hace el público, incluidas las toses y otros sonidos involuntarios, especialmente durante las presentaciones de piano solo improvisado. Siente que los ruidos extraños afectan su inspiración musical. En consecuencia, en épocas de frío se le ha proporcionado al público de los conciertos de Jarrett pastillas para tos porque es sabido que ha llegado hasta dejar de tocar para dejar que la gente tosa sola. Esta intolerancia fue clara durante un concierto dado el 31 de octubre de 2006 en la recién restaurada Salle Pleyel de París. Después de hacer un apasionado pedido al pública para que dejara de toser, Jarrett se fue de la sala en la primera mitad, negándose primero a continuar, aunque luego regresó al escenario para terminar esa parte del concierto y también la segunda. En el siguiente concierto que dio tres días después nadie tosió, en obediencia de un anuncio oficial previo urgiendo al público a minimizar todo tipo de ruidos. En 2008, durante la primera mitad de otro concierto parisino, Jarrett se quejó ante el público de la calidad del piano que le habían dado, yéndose del escenario para hacerles oír sus protestas al personal del teatro. Siguió un largo intervalo en el que el piano fue reemplazado. En 2007, durante un concierto en Perugia en el marco del Umbria Jazz Festival, enojado con los fotógrafos, Jarrett le impoloró al público: “No hablo italiano, así que si alguien habla inglés, díganles a esos pelotudos con cámeras que apaguen sus putos aparatos ya mismo. ¡Ya mismo! No quiero más fotós, ni tampoco esa luz roja que hay ahí. Si vemos una sola luz más, me reservo el derecho (y creo que para ustedes es un privilegio poder escucharnos), pero digo que me reservo el privilegio, al igual que Jack (De Johnette) y Gary (Peacock) de dejar de tocar para irnos de esta ciudad de mierda”. Esto hizo que los organizadores del Festival declarasen que nunca más lo iban a volver a invitar.

Fuente: http://www.musicbanter.com/jazz-blues/37903-any-jazz-artists-like-keith-jarret-cds-vinyl-albums-solo.html#ixzz1odWngNhQ

2 comentarios:

  1. Le molestan las toses, no sus propios canturreos; le molesta cualquier presencia humana a excepción de la suya: privilegio de genios y de tontos. El jazz creció entre toses, risas, gritos de entusiasmo, entre todo aquello que iba infectándolo de humanidad.
    Jonio

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  2. Yo cuando pongo un disco de Jarrett en casa prohíbo a todos que tosan

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