martes, 6 de marzo de 2012

El empeño de un hombre terco y atento a los detalles

En el número de marzo de Jazz Magazine, entre muchas otras cosas, hay una nota sobre Nessa Records, firmada por Vincent Cotro. Ante el eventual interés que pueda despertar entre los talibanes del núcleo duro, se reproduce a continuación en traducción de J.F.

Nessa Records

Nacido y criado en una granja de Iova (1944), Chuck Nessa llegó al jazz –como tantos otros– por Ellington, de quien su padre le habría dado una grabación previniéndolo: "¡Quiero que pongas esto al menos una vez por semana!". Vendrá luego el descubrimiento de las primeras obras maestras de Armstrong y ésta idea fija: "Antes de que yo haya podido descubrirlo en mi habitació, fue necesario que alguien tomase alguna vez la decisión de grabar a ese grupo fabuloso...". Entonces, cuando en 1966 Bob Koester (el fundador de Delmark) le propuso que administrara uno de sus negocios, Chuck le planteó una condición:  lo haría, pero si le enseñara a grabar jazz. Así, participa en varias sesiones de Roscoe Mitchell, Joseph Jarman o Richard Abrams. Un año más tarde, convencido por Mitchell, funda su propio sello. Para su primer disco (Lester Bowie 1 & 2) les habría preido prestados unos 1.500 dólares a sus padres... Hasta que en 1984 los LP ya iban a ser unos veinticuatro, inmortalizando la génesis del Art Ensemble Of Chicago, el grupo Air (Henry Threadgill, Fred Hopkins, Steve McCall), Von Freeman, Fred Anderson, Eddie Johnson, Bobby Bradford, Charles Tyler e, incluso, Warne Marsh. Nessa publicará asimismo grabaciones españolas (con Teté Montoliú) de Ben Webster y Lucky Thompson. El pasaje a digital, comenzado en 1993, significó un largo trabajo de redición, pasando por una restauración de bandas originales llevada a cabo con medios limitados, pero con una intransigencia sin igual. Primer fruto de esa empresa, una caja de cinco CD –The Art Ensemble– en edición limitada, retratando la prehistoria del grupo hasta que en1969, en París, tome su denominación definitiva. Bajo los nombres de Lester Bowie y Roscoe Mitchell, lo esencial de esas sesiones, ya agotada la caja, comenzaría a reeditarse a partir de 2009, completando el material original con nuevas tomas alternativas. "Cuando puedo agregar un material inédito, y éste tiene coherencia, si tengo el consentimiento de los artistas, lo añado. No voy a hacerlo sólo para sumar cosas."

Es efectivamente apasionante comparar, en los discos de Lester Bowie, las tomas 4, 6 y 7, cada una de las cuales gana amplitud sobre la anterior. ¿Y cómo no alegrarse, gracias a la yuxtaposición de las 5 tomas adicionales, de poder asistir al trabajo colectivo realizado por Warne Marsh, Lou Levy, Fred Atwood y Jake Hanna en I Have A Good One for You? ¿Y qué decir del cuidado con el cual se reproducen e ilustran los textos originales, sidempre precisos y apasionantes, completados con notas peronales del productor que sirven para que cada reedición sean más clara. En una entrevista con Fred Jung, Chuck Nessa no esconde que él conserva un fuerte instinto de propiedad sobre su obra, que jamás aceptará ponerla en manos menos avisadas: "Me paso horas y horas restaurando y remezlcando las bandas en el estudio... Podría haberlo hecho todo de manera más rápida y económica, pero no es así como trabajo. Van a tener que esperar a que me muera para hacerlo".

Atención: toda la producción reciente de Nessa no está consagrada a la reedición del catálogo de los LP: no se podría ocultar el apasionante dúo de Anthony Braxton y del trompetista John McDonough, captado en 2006 e inédito hasta 2010. Siempre esperamos impacientes que Chuçk Nessa cumpla su objetivo, que consiste en ofrecer todo su catálogo en CDç Todavía queda un cuarto. Mientras esperamos, Nessa afirma que no se arrepiente de lo que ha hecho. Sus únicos  arrepentimientos son por lo que no ha podido hacer: por ejemplo, haber grabado a Warne Marsh una segunda vez.

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