jueves, 15 de mayo de 2014

Tres novedades discográficas para tener en cuenta

Mientras esperamos que pase la sequía, como para ir entonándonos, aquí van tres reseñas de Jonio González, publicadas en Cuadernos de Jazz, sobre discos relativamente recientes.

GREGORY TARDY
HOPE
Gregory Tardy (st), Helen Sung (p), Sean Conly (b), Jaimeo Brown (bat)
Mayo de 2012
SteepleChase SCCD 31775

Discípulo de Bobby Watson, con un dinamismo más atemperado, y Joe Henderson, por su concepción del desarrollo melódico, y en la estela de Warne Marsh aunque dueño de una acidez y robustez propias, Gregory Tardy (que iba para clarinetista de música clásica hasta que escuchó a Coltrane), es otro gran animador de la escena neoyorquina. Con once discos a su nombre y colaborador de artistas del nivel de Andrew Hill (con quien grabó Dusk y Time Lines, en 2001 y 2006 respectivamente, ambos mejor disco del año para DownBeat), Dave Douglas, Steve Coleman, Dewey Redman, Chris Potter, Joe Lovano, Mark Turner y un largo etcétera de similar nivel y heterogeneidad, Tardy, que nació en Nueva Orleans (detalle a tener en cuenta), comenzó en orquestas de r&b y funk, fue protégé de Ellis Marsalis y miembro de la Jazz Machine de Elvin Jones, hecho fundamental, según él mismo, en su evolución como músico, pues le hizo ganar en seguridad y potencia.

Con sonido mate, duro sin reciedumbres innecesarias y en el límite mismo de la aspereza en ocasiones, ofrece aquí una obra en torno a la espiritualidad inspirada, según el mismo Tardy, por los Sacred Concertsde Ellington, A Love Supreme de Coltrane, Black Christ of the Andes de Mary Lou Williams y la ayleriana idea de que la música es “la fuerza curativa del universo”. Casi nada. Evidentemente, Hope no consigue ni acercarse a semejantes modelos, y sin embargo es un disco que suscita varias escuchas, sencillamente por la belleza que encierra. Una belleza con momentos destacables, como la balada “That's All”, donde Tardy opta por la ternura en lugar de hacerlo por la sensualidad, los dos himnos tradicionales, profundamente emotivos, o los temas de su autoría, en especial “A Tree and It's Fruit” y “Every Life Is Precious”, en los que cierta exaltación espiritual, en un sentido místico, si se quiere, se combina con ungroove palpitante.

Mención aparte merece Helen Sung. Si ya en su (re)conception (SteepleChase SCCD 31708) nos había sorprendido por su ductilidad rítmica y su sonido punzante, aquí vuelve a revelarse como una pianista con una técnica y un sentido del tiempo extraordinarios, capaz de insuflar calma al vigor y viceversa. Para seguirla.

RICH PERRY
NOCTURNE
Rich Perry (st), Nate Radley (g), John Hebert (b), Jeff Hirshfield (bat)
Febrero de 2013
SteepleChase SCCD 31776

Rich Perry es sin duda uno de los grandes nombres del saxo tenor actual, al menos en el ámbito jazzístico de Nueva York. Miembro destacado de la orquesta de Maria Schneider y antiguo integrante de la de Thad Jones y Mel Lewis, a lo largo de su carrera colaboró y grabó con artistas de la talla de Joe Henderson, Lee Konitz, Paul Bley, Chet Baker o Fred Hersch. En éste, su vigésimo primer disco para SteepleChase, opta de nuevo por su formación al parecer favorita, el cuarteto, pero por una vez renuncia al piano (que es como decir a su habitual compañero Harold Danko) en favor de la guitarra de Nate Radley. El resultado es una música cerebral y a la vez lírica, un sonido intenso y claro, menos elocuente (para emplear conceptos que varios críticos le atribuyen) que imaginativo, tributario de Warne Marsh aunque con inflexiones que recuerdan a Rollins.

En este  sentido, resulta emblemática su versión de “Cherokee”, concebida como balada y en la que la melodía busca su forma para encontrarla casi al final de sus casi siete minutos y medio de duración. Magistral relectura del clásico de Ray Noble que inmortalizara Charlie Parker, con un sorprendente Radley, dueño de un sonido que recuerda a Jim Hall, clásico en su limpidez. A destacar asimismo las serenas exploraciones de “Old Folks”, la tensión de “Never Let Me Go”, con la urgencia de un Hirshfield (extraordinario durante toda la sesión) que dobla el tiempo, un Radley que intenta retenerlo y un Perry que parece surfear sobre la melodía, el swing de “I've Never Been in Love Before” o la complejidad armónica, y el citado recuerdo de Rollins, de “Little Suede Shoes”. Para disfrutarlo.

GENE AMMONS-ART FARMER ALL STARS 
THE COMPLETE JAM SESSIONS 

Gene Ammons (st), Art Farmer (tp), Lou Donaldson (sa), Freddie Redd (p), Addison Farmer (b), Kenny Clarke (bat), Jackie McLean (sa), Duke Jordan (p), Art Taylor (bat), Cándido Camero (congas), Donald Byrd (tp), Mal Waldron (p), Doug Watkins (b), Kenny Burrell (g)
Hackensack, Nueva Jersey, junio de 1955, abril y julio de 1956, enero de 1957
American Jazz Classics 99076

Hay matrimonios que en principio parecen, como mínimo, complicados. Para quien esto escribe, el de Ammons y Farmer debería haberlo sido, por la reciedumbre y el grano a veces áspero del sonido del primero, por su dramatismo a menudo excesivamente patético, tan distinto de la fluidez y refinamiento del segundo, de su controlada tenuidad. Y sin embargo...

Como nos recuerda el detallado cuadernillo informativo de la presente edición, a mediados de los cincuenta el sello Prestige decidió grabar una serie de jams que tenían como protagonista a Gene Ammons al frente de distintas formaciones de jóvenes y no tan jóvenes promesas. El fruto fueron cuatro discos: Gene Ammons All Stars (LP7050), del que aquí sólo se seleccionan los temas en que interviene Farmer; Gene Ammons Hi Fidelity Jam Session-The Happy Blues (LP7039); Hi Fi Jam Session-Jammin' with Gene(LP7060) y Gene Ammons Hi Fi Jam Session-Funky (LP7083), todos ellos producidos por Bob Weinstock y con Rudy Van Gelder como responsable del sonido, y en los cuatro con Ammons como jefe de filas y Art Farmer a la trompeta, en lo que sería la única colaboración en la carrera de ambos. (El saxofonista todavía grabaría otras jams, como Jammin' in Hi Fi with Gene Ammons, LP 7201, 1957, con Idrees Sulieman en lugar de Farmer más Jackie McLean, Mal Waldron, Kenny Burrell, etc., y Gene Ammons and His All Stars-Groove Blues, LP7110, 1958, con John Coltrane, Pepper Adams, Mal Waldron y Jerome Richardson entre otros, sesión que aun daría forma a The Big Sound, LP7132).

Ammons demuestra en todos los casos ser algo más que pura energía impregnada de blues y rhythm and blues, exhibiendo en las baladas una profunda expresividad lírica y un ponderado sentido de la melodía que casan a la perfección con la elegante gravedad de Farmer y su sentido del equilibrio.  Junto a ellos, un Jackie McLean en plena forma se expresa tan relajadamente en los tiempos lentos como vigoroso y hasta expeditivo cuando de encarar el groove se trata, mientras que Duke Jordan, Freddie Redd y Mal Waldron  parecen haberse puesto de acuerdo en eludir cualquier floritura y, sin perder por ello espontaneidad, concentrarse en su tarea de apoyo. Aparte de esto, muchos son los momentos a destacar en este doble cedé, como el demoledor unísono de “Woofin' and Tweetin'”, el ímpetu funky de Lou Donaldson en “Juggernaut” o el swing implacable de Donald Byrd en “We'll Be Together Again”. Pura naturalidad, en definitiva, como se espera de una jam session en la que un puñado de consumados maestros se reúnen para pasárselo bien. Así de simple, y así de memorable.

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